lunes, 20 de diciembre de 2010

Sueños…

Los sueños nacen,
 los sueños mueren.
 No saben de llantos
 porque ellos mismos
son una lágrima inmensa.
 Y cuando caen al suelo
 desde el infinito
 sólo pueden romperse
en mil pedazos...
 y en cada uno de ellos
 hay cuentos y poemas
 y dulces y cartas
y ositos y música
 y muchas, muchas sonrisas,
pero sobre todo las cosas
 hay un mar de notitas
 que para decir te quiero
 no necesitan abrir su boca...
 Y allí todos juntos,
 dispersos, tristes y rotos
 se ven tan, pero tan hermosos
que por última vez lo digo:
Si ellos no son el amor, Dios mío,
 ¡el amor no existe!

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