lunes, 20 de diciembre de 2010

¡Aire!

¡Aire!
Sentí por un momento que moría,
que la asfixia me ganaba
y que sola, sola y triste partiría
 a una tierra sin regreso
donde no existe otra igual,
 donde sólo florecieron
 los derechos de la vida
que en floreros antes estaban
y a todo el mundo lucían.
¡Aire!
Elemento esencial del existir presente,
del existir ahora,
que no ofrece mayor cosa,
que el brindar una ocasión
donde reina la emoción
y muera la melancolía.
 Donde esta tristeza mía
 que nace del corazón,
muera y no pueda no,
 a causa de falta de aire
 poder volver otra vez
a adueñarse, adueñarse,
de una parte de la vida
 de la que logré arrancarle.
No quiero por fuerza no,
volver donde antes estaba
y recordar como ellos
que la historia continuaba...

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