Tengo un fuego,
una pasión ardiente
que no logro apagar,
esperando a un ser extraordinario
que no sé dónde está.
¿Acaso no existe?
¿No lo conoceré jamás?
¿Viviré por siempre
Consumiéndome
en estas llamas de pasión?
¿O tal vez estaré apresurando
un acontecimiento no muy lejano?
Es tan larga y sin fin
esta espera, que se vuelve
tediosa y amarga.
Pero, ¿no vale la pena?
¿Acaso no lo vale?
Sí, claro que sí,
porque al fin, al llegar...
Serás en mi vida,
como el ocaso al terminar un día
y la aurora al comenzar el otro,
como las estrellas cada vez más cerca,
tú serás la mía, que me hará sentir
que ya no estoy tan sola, ni triste,
ni vacía, ni falta de amor,
porque serás entonces toda mi alegría,
toda mi existencia, mi vida toda,
sí, tú... tú...
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