Son días tristes…
Melancólicos…
Opacos…
Nace un hermoso sol
Resplandece una hermosa luna
Los hijos juegan, ríen…
y uno… uno!
Sólo llora…
Por el amor perdido
Por el amor de años
Por el amor de ahora…
Por las situaciones diarias
Por una despedida inesperada
Por un espacio largo
Entre tu vida y la mía…
Te vas … no te detengo
Te amo… lo sabias
Te vas… aun no lo creo
Te vas… y lloro a gritos
con una almohada en mi cara
que ahogue el llanto certero
de este silencio que mata.
Estoy triste, dolida,
incrédula, insegura…
Sólo una cosa sé
Te amé, te amo
y mañana… será otro día.
Donde las penas se opaquen
con el ajetreo del día…
Donde las campanas suenen,
pero no es mi boda… todavía.
Donde los pájaros cantan
y la vida… es alegría.
Donde la mujer llanera sufre,
pero no se embolata
porque aún le queda vida…
Ella amara en silencio
al hombre de toda su vida…
Pero ha aprendido a vivir
disfrutando cada día,
De cada rayo de sol
De cada nube tardía
De ese espectacular paisaje
de la hermosura del pico
que engalana la llanura
de toditita Barinas.
Ha! Carajo!
Que tristeza
cuando hay tanta alegría,
Estás viva mujer, ¡viva!
Y eso… con Dios y la virgen
es lo importante ahorita.
Así que olvidemos penas,
Desamores y melancolías…
Hay que vivir ahorita…
mañana…
Mañana… será otro día.
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