No quiero recuerdos,
no quiero tristezas,
no quiero melancolía,
lo que quiero y estoy sintiendo,
es mucha, pero mucha
¡alegría!
Alegría de ser llanera,
de haber nacido en Barinas,
detener ocho hermanitos
y de compartir mi vida
con seres extraordinarios
como Biagio y Ernestina.
Alegría de ser católica,
de haber vivido con monjas,
de conocer muy de cerca
la gente de Maracaibo,
al lago y a todo el Zulia.
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