Señor, mi Dios,
quita esta coraza impenetrable
que tiene mi corazón hacia Ti,
derriba esa muralla doble
que no logro traspasar,
quita esta horrible ceguera
que no tengo y me impongo
para llegar hasta Ti
y sentir tu inmenso amor.
Diosito Santo, alma mía,
clamo a Ti, que estás aquí,
clamo a Ti, que te tengo siempre,
siempre a mi lado
y me cobijas en momentos
siempre por mí inesperados.
Tú, mejor que nadie,
sabes cuáles son mis sentimientos
y mi mente dice sí, y pienso:
hago esto y esto y esto,
mas mi boca y mi corazón,
hablan y sienten distinto
a lo que mi razón inspira siempre
y en todo momento.
Quiero abandonar el mundo
y entregarme a tu encuentro,
sabiendo que en lo profundo,
dentro de mí hoy ha muerto
la que hasta ayer pensaba
que tú ya no existías.
Y sin querer ofenderte,
haz que en mí resucite,
después de vivir tanto tiempo
sumergida en una muerte
sin plenitud, sin encuentros,
una fe y un amor que siempre
vayan a tu encuentro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario